Tuesday, April 07, 2015

Habichuelas con dulce.


Habichuelas con Dulce / Source: telemundo.com

El sábado le contaba a mi hermana que sí había hecho habichuelas con dulce, como los límites de los estereotipos son infinitos, nadie cree que yo cocino.  Incluso quienes han comido varios platos, dicen haces bien esto, aquello o lo otro, pero nunca aceptan que se cocinar.  La verdad tampoco me preocupa mucho eliminar ese estereotipo.  Yo me he rebelado contra todas las cosas que han sido impuestas en mi vida y una de ellas fue cocinar.  Mis primeras habichuelas guisadas las hice a los doce años.   Desde que pude evité cocinar, salvo las cosas que me gusta comer.  Incluso llegué a plantearme la posibilidad de no casarme ante la amenaza de los quehaceres domésticos eternos.

Pero esta historia no es sobre cocinar, esta historia es sobre la primera vez que hice habichuelas con dulce.   Las habichuelas  son mi debilidad así que en 2011 o 2010 me dispuse a aprender a prepararlas con gran éxito. Realicé una serie de tuits con las habichuelas que desencadenaron en “unfollows” masivos (me dejaron de seguir en twitter).   Pero al mismo tiempo que perdía seguidores, gané la amistad  entrañable de quien estuvo supervisando y enseñándome trucos fundamentales para que las habichuelas fueran las mejores.  A ella se le daba bien hacer un manjar con poco.  Fue esa noche que dejó de ser la mamá de mi amiga y se  convirtió en MI amiga.

Durante sus visitas esporádicas a Punta Cana me contó muchas cosas: su juventud, sus hijos, sus errores, sus aciertos.  Planeamos mil veces el viaje a San Francisco de Macorís y todo lo que íbamos a hacer allá.

El domingo tuve que ir a San Francisco;  la encontraron muerta en la mañana.

Hubiera querido haber roto la rutina y haber compartido el tan planeado viaje con mis dos amigas.  Ahora me queda acompañar a alguien a quien quiero mucho en su dolor, pero también me queda extrañarla cada vez que venía a llamarme “Lise” (sin poner acento al final) de cariño.  Me queda la memoria, pero su presencia era mucho mejor que cualquier evocación mental.



Lo más cruel de la muerte no es que no da avisos, lo peor de la muerte es que es demasiado definitiva.