Friday, December 27, 2013

A ISAAK - FUNDACION

Hace unos días mi hijo comenzó a indagar acerca de dónde habían surgido nuestros nombres.  Le expliqué que mi madre me había puesto mi nombre por una cantante y me pidió que le buscara fotos en el internet, también hizo que le pusiera una canción en YouTube de ella.  Preguntó por qué su papá  y su abuelo se llamaban igual.  Pero lo que más le inquietó fue de dónde había surgido su nombre.  Le dije como decidimos ponerle su primer nombre, ya su padre le había comentado que era un hombre famoso que escribió muchos libros.  Esta entrada está dedicada a él, para que cuando sea capaz, lo pueda leer.


Era, probablemente, el libro más aburrido que había comenzado.  Me lo prestó un amigo a quien se lo prestó otro amigo, con una excelente recomendación y él no lo había leído (ni nunca lo hizo). Desestimé rápidamente esa lectura por lo lento de su desarrollo y por la vida agitada que llevaba a finales del año del 99 ó del 2000 (no recuerdo bien).  Sin embargo, al iniciar vacaciones de Navidad, tenía que devolver el libro y no quería hacerlo sin leerlo. 


No fue hasta la mitad que FUNDACION me cautivó por un giro inesperado en una historia que ya me había envuelto en sus garras.  Fui a la Calle Duarte y compré usados los otros libros que completaban la serie, sólo me faltaron Segunda Fundación y Fundación y Tierra.  Estos últimos los conseguí más adelante en ese año por vías más tradicionales (y más caras).

Luego seguí leyendo a Asimov y descubrí que fue una de las mentes más brillantes del siglo XX.  Unos de los escritores más prolíficos, con más de 400 obras en su haber.  Era químico y filósofo. También averigué que la triología FUNDACION es considerada  una de las mejores series de ciencia ficción de todos los tiempos.  Un gran hombre de ciencia y de ciencia ficción.   Me preguntaba por qué no había llegado a la pantalla grande la Triología  Fundación.  Pero al menos me complacieron haciendo la película Yo, Robot.


Supe en  esas vacaciones, 8 ó 9 antes de que se concibiera, que su nombre sería: IsaaK - su padre le agregó la K.


Wednesday, December 18, 2013

Eva Va Desnuda

Con altos tacones y un cuerpo perfecto como el de cualquier mujer normal (es decir, con un poco de abdomen, anchas caderas, Etc.), ella decidió ir desnuda por la calle en la tarde, a la hora que el sol tropical es mas benevolente. 

Son inenarrables la clase de "piropos" que recibía.  Algunos, pensaron que había perdido contacto con la realidad, en buen cristiano, que se había vuelto loca.  Otros lo dudaban por el uso de los tacones y porque su mirada no parecía perdida.

Su osadía casi le cuesta, tener que ofrecer favores sexuales gratuitos a unos señores que entendieron que su comportamiento era provocador y que cualquier agresión estaba justificada: ellos eran hombres y ella   se lo estaba buscando por andar así.  Apenas logro salvarla de que se consumara el hecho un buen samaritano que, también pensando que la cordura la había abandonado, se acercó a socorrerla.

Ella, sin embargo, decidió que siempre quería ir desnuda.  Que la desnudez no es vergüenza ni incitación, que no es razón para que se perpetre sobre una agresión sexual de ningún tipo. 

Ella volvió a ir desnuda por la calle, solo que estaba vez, adornó sus perfectas caderas de cuerpo de mujer normal con una pistola cargada. 

Ella fue desnuda toda la tarde, ella fue desnuda toda la noche. 

Ella decidió ir desnuda toda la vida.

Thursday, December 05, 2013

CRONICAS DE ENTREVISTAS - EL MAR


"Un día, llegué por accidente a este trabajo.  Me encontré de frente con la inmensidad del mar turquesa y en ese instante supe me quedaría a su lado toda la vida."

Un candidato al ser cuestionado por qué escogió la hotelería como carrera profesional.  Sólo me trajo a la mente esta canción que me encanta, MENGUANTE. 

Uno crece, todo mengua y se vuelve pequeño.  Menos el mar, el mar es igual, profundo y azul.  Mas grande que yo, mas grande que tú.

Relato de la Heladería


Es posible que Juan Ventura no lo recuerde, pero una vez estando en una heladería de la calle El Conde que se llamaba Nevada nos ocurrió un incidente que me marcaría para toda la vida.  De ese lugar me encantaba que servían el helado en unas copas. Mientras disfrutaba mi helado de tres colores y de la amena conversación que siempre ocurre entre nosotros dos, otro niño (de más o menos mi edad) se acercó a pedir.  
 
-¿Qué piensas que debemos hacer, Lissette?  - Me preguntó. 

- Compartir respondí entre dientes.

Quienes me conocen podrán imaginarse vívidamente que mi lenguaje no verbal reflejaba un profundo sentimiento de pena y, de inmediato, me embargó una sensación de injusticia.

- Te contaré una historia, me dijo. 

“Un señor cuya casa se derrumbó por las inclemencias del tiempo, se sentó a llorar en la acera.  Pasó una persona y le dijo: que pena, te has quedado sin casa.  Le pasó una papeleta 100 de  pesos.  El señor continuó llorando por su casa en escombros.  Pasó una mujer.  Qué pena lo de tu casa, he aquí esta ropa que ya no uso.  Así fue llenándosele la acera de dádivas de las personas que pasaban, pero nada parecía consolar al afectado.  Finalmente pasó alguien y le dijo: tu casa se derrumbó, busquemos más personas y te ayudo a reconstruirla.”
 
Se preguntarán si compartimos el helado con el muchacho, por supuesto que sí.   Sin embargo, la lección de ese día me ayudó a tomar muchas decisiones de adulta:

 - Aprendí que la solidaridad no es lástima;  que la pena puede ser discriminatoria; que es necesario la construcción colectiva de la solución a los problemas que afectan la gente; que las personas deben ser capaces de ayudarse a sí mismos; y que siempre, siempre será mejor enseñar a pescar que dar un pescado.